LA CIUDAD: ENTRE EL CAOS Y LOS SUEÑOS

Fecha: 15 de Enero de 2014

Una ciudad es el lugar en que se expresa y materializa, la voluntad de los individuos de vivir juntos. Es un espacio de convivencia de muchas personas. Para que el tejido ciudadano no se desgarre y la ciudad no se desangre, hace falta mantener un equilibrio entre los intereses de todos. Pongamos un ejemplo, si el poder municipal decide arrasar lo que era una plaza, utilizada por ancianos y los niños de la zona como modesto pulmón y lugar de encuentro, para reconvertirla en un aparcamiento al servicio de los usuarios de vehículos, está alterando violentamente el ecosistema del barrio.

Cuando un responsable político decide aprovechar el derribo de antiguos bloques de viviendas para abrir una gran avenida que “facilite el tráfico rodado” muy probablemente está partiendo en dos un barrio y, por tanto, dificultando el contacto entre personas que hasta el momento coincidían con fácil naturalidad.

El profesor Ángel Oshiro de la Universidad Tecnológica Nacional (Córdoba- Argentina) en el IX Congreso Internacional de Patología y Recuperación de Estructuras, CINPAR2013 en Joao Pessoa, Brasil., nombraba en su exposición el Informe Brundtland de Naciones Unidas, en 1987, y nos comentaba “que es posible para la humanidad construir un futuro más próspero, más justo y más seguro” y que debíamos centrarnos en encontrar medios prácticos para revertir los problemas ambientales y de desarrollo a nivel mundial a través del desarrollo sustentable. Oshiro, nos recordaba la definición de desarrollo sostenible; como la satisfacción de las necesidades del presente “sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones”.

¿Cómo especialistas en rehabilitación y restauración de edificios tenemos capacidad de decisión para definir y proponer que es lo mejor para una ciudad o un barrio y que es mejor para las futuras generaciones?

¿Analizan los responsable políticos y los ingenieros que proyectan cambios, la sensación de impotencia que tienen esos ancianos que, por más que se apresuren, no les alcanza las fuerzas para atravesar a pie una gran avenida en el tiempo que les concede el semáforo para peatones?. Ese equilibrio que caracteriza a la ciudad es el que caracteriza a un organismo vivo. No es, por tanto, un equilibrio estático (en el que el valor supremo fuera intentar mantenerlo todo como estaba en un momento óptimo del pasado, defendiéndolo de las agresiones de lo nuevo que no deja de irrumpir) sino un equilibrio dinámico (en el que los elementos por armonizar son los intereses de múltiples vecinos que, como seres humanos, no dejan de cambiar, como la vida misma, porque nacen y mueren, y a lo largo de sus existencias van teniendo variables necesidades).

Por lo que la ciudad no es la materialización de la sociedad, sino también de la historia, por que en pocos lugares se hacen vivibles las trasformaciones que lleva a cabo el paso del tiempo sobre todos nosotros que en el paisaje urbano. Es posible gestionar una ciudad como si fuera una empresa privada que sólo tratara de buscar: rentabilidad, eficiencia y competitividad. . ., en vez de mejorar la vida de los vecinos.

Como ingeniero, me inquieta profundamente que estemos asistiendo a vender nuestra ciudad. ¿Se puede sólo conservar el carácter técnico, sin tener carga ideológica o política.? ¿Qué responsabilidad tienen los gestores de lo público? Y ¿Qué responsabilidades tenemos como ingenieros?

Cuanto más crecen las ciudades, se van eliminando los barrios. Muchos desaparecen por una razón u otra… Al crecer la ciudad, gran parte de la población tiene que alejarse a los subur­bios de la ciudad, que es la zona donde pueden acceder a una vivienda, o continuar viviendo. Crecen por tanto las ciudades dormitorios, alrededor de las ciudades, se pierde el sentido de barrio, se genera más pobreza y por lo tanto crece la delincuencia (al final la ciudad es cada vez más insegura). 

Un ejemplo, cerca de Paris; el Distrito 20, que era un barrio popular donde la gente se conocía, era gente trabajadora, modesta… … los políticos de turno… para poder ganar las elecciones decidieron eliminar ese núcleo popular haciendo nuevos bloques de viviendas (casas que los antiguos habitantes eran incapaces de poder adquirir). La Administración planificó una transformación demográfica para poder ganar las elecciones. Por consiguiente, lo que hay es un lavado de población. Al final lo que generaron fue más desigualdad, más caos y más inseguridad. 

La rehabilitación y restauración de edificios entra a formar parte de la estrategia y el resultado es que borra ese barrio, desaparece. 

El desarrollo de un proyecto urbano siempre debe estar promovido por un amplio equipo multidisciplinar de arquitectos, urbanistas, ingenieros, geógrafos, economistas, abogados, sociólogos, historiadores, filósofos y otros técnicos.

La ciudad pertenece a quienes caminan por sus calles, compran en sus tiendas, sacan la basura cada noche al volver a casa, vienen cada día de otros lugares a trabajar en ellas. 

EL MAPA SOBRE EL QUE SE DESARROLLAN ESAS ACTIVIDADES, EL TABLERO DE JUEGO, LO DEBE DIBUJAR CADA 10 O 15 AÑOS EL AYUNTAMIENTO RESPONSABLE DEL CRECIMIENTO DE LA CIUDAD. A ESO SE LE LLAMA PLAN GENERAL DE ORDENACIÓN URBANA. EN EL SE DEFINE; CÓMO SE DESEA LA CIUDAD DEL FUTURO.

Un plan general debe tener como principal objetivo; reducir la desigualdad entre distritos y barrios en materia de servicios y dotaciones, “impulsar una movilidad sostenible y lograr una ciudad con alta calidad de vida que atraiga nuevas actividades económicas “conservando y potenciando sus señas de identidad”. ¡!!Hacer una ciudad para las personas¡¡¡ 

UN BUEN PLAN DEBE CUIDAR LA VIDA DE LOS CIUDADANOS Y UN MAL PLAN, PUEDE LLEGAR A CREAR EL CAOS Y MATAR LOS SUEÑOS.


Eduardo Ballán Ballán
Prof. Dr. Ingeniero de caminos 
UNIVERSIDAD CAMILO JOSÉ CELA 
Escuela Superior de Arquitectura y Tecnología ESAYT. 
Movil: 619 01 66 88